A sólo una hora en AVE y 30 min de coche, en el corazón de la Rivera del Duero vamos a descubrir Abadia Retuerta. Un hotel de cinco estrellas emplazado en un Monasterio del siglo XII en Valladolid donde todo gira en torno al vino. Su entorno, sus alrededores, el aroma de los viñedos, el aire puro, una magnífica cocina y la ausencia de ruido nos ayudan a reconectar a través de sabores que te llevan a vivir una experiencia diferente.
Un lugar maravilloso para descansar, donde el tiempo discurre de una manera distinta, sin prisas…
Una de las experiencias más exclusivas que he vivido ha sido en el Santuario LeDomaine Wellness & SPA, donde toda la experiencia integral está enfocada a la relajación y el equilibrio del cuerpo y la mente. Inaugurado en 2015 está situado en la antigua zona de caballerizas, bajo tierra, pero aún así goza de una iluminación privilegiada. Nada más entrar realizas una cata de tres vinos y tres aceites y en función de tus preferencias el Spa diseña una experiencia a medida con el objeto de cubrir tus necesidades y expectativas tanto físicas como emocionales.
¡Qué deciros de la gastronomía en Abadía Retuerta!, es otro de los pilares en los que se sustenta la experiencia con Marc Segarra como director gastronómico, que ha diseñado la carta de su restaurante insignia Refectorio.
Con una estrella michelín concedida en 2014 Refectorio deleita con una gastronomía impecable de base clásica pero que derrocha vanguardia y personalidad. Por supuesto tienen la figura del vino como fuente de inspiración en todos sus platos además de hacer un homenaje constante a los oficios de la zona.
Otro de los atractivos es el legado artístico de la finca: el monasterio de Santa María de Retuerta, un edificio declarado bien de interés cultural en su categoría de monumento, con un gran valor arquitectónico e histórico. Su jardín museo refleja la perfección la paz y tranquilidad que se respira en el interior. Así como sus esculturas vanguardistas y una magnífica obra de Chillida.
La tradición vinícola le precede. Desde que los monjes habitaban la Abadía hace más de ocho siglos la cultura de la vid tomó un papel predominante. Este lugar encuentra su esencia y razón de ser en el vino. Los monjes fundadores de la Abadía iniciaron el cultivo de las Vides y la producción de vino y eligieron este lugar a orillas del río Duero por su larga tradición vitivinícola.
La bodega está perfectamente integrada en el entorno y es una de las más prestigiosas de la zona.
La experiencia en el huerto también la disfruté muchísimo. Este huerto tan maravilloso abastece al Hotel y los huéspedes disfrutamos de lo que se cultiva de manera absolutamente sostenible y sin químicos..
Y desde luego, tengo que hacer una mención especial a todo el personal del Hotel, que de manera súper amable han estado pendientes de nosotros este fin de semana ❤️
¡Deseando volver!